Aunque a paso lento, la causa de Celeste Morales -caso emblemático como pocos- avanza en Malvinas Argentina y pone en bretes a su Intendente, Jesús Cariglino, que hizo del sistema de salud local su bastión más importante. La nena de 8 años perdió la vida en junio de 2012 en el hospital Claudio Zin, donde había ingresado por una cuestión menor: un pequeño quiste en su garganta que los médicos removerían.
La operación fue exitosa pero los cuidados postoperatorios complicaron un cuadro que, de otro modo, habría sido otro.
A los tres días, Celeste falleció en el nosocomio y sus familiares y amigos iniciaron una protesta en las puertas del lugar, que algunos recuerdan -además- por la brutal represión de las patotas cariglinistas, que agredieron no sólo a sus seres queridos, sino a parientes de otras víctimas que también cantaron presente e incluso a los periodistas que cubrían la marcha.
El triste caso coloca en agenda un problema de base que tiene el distrito y que es, precisamente, su sistema sanitario. Un sistema que Cariglino muestra como modelo a seguir cuando, salvo por la infraestructura en algunos casos, hace agua por todos lados y representa la clave de su poder: falseando historiales médicos y con una cantidad de establecimientos superior a la que sugiere la calidad de las prestaciones, el jefe comunal capitalizó ambas cosas y las transformó en poder de chequera personal.
Es así como Malvinas es el municipio que más dinero per cápita percibe por Coparticipación de Salud y los cobros por recupero a pacientes con obra social son igualmente cuantiosos -de hecho, hay denuncias por cobros realizados a algunas prestadoras, entre ellas IOMA, sin que haya sido realizada ninguna prestación o atención médica alguna-.
El caso de la menor, en ese sentido, pone todo esto de manifiesto y enfrenta a Cariglino con sus peores miedos. Dos meses atrás habían surgido problemas cuando el perito oficial de la causa testificó que hubo efectivamente mala praxis en el postoperatorio luego de someterse a la intervención quirúrgica señalada y morir, horas después, por un hematoma que la Sala de Pediatría no vio ni controló.
Las declaraciones más recientes, de los médicos que participaron del postoperatorio, dejan que desear y de eso habló el abogado Jorge Cancio, que representa a la familia Morales en este avatar. "El tema de la falta de control, desorganización administrativa y falta de comunicación entre los enfermeros, los nutricionistas, y el médico, que era una hojita de papel, temblando, que habló desde el terror de saber que es plenamente responsable en dejar morir a la nena Celeste Morales", explicó.
El último en brindar testimonio fue este último, Leonel Aníbal Blanco, quien admitió que recién empezaba su residencia cuando atendió a la niña.
Esto fue complicado por el hecho de que, en el Zin, la supervisora terminó su turno a las 16.00 y no hubo nadie en ese cargo hasta las 8.00 del día siguiente. "Se iba generalmente a las 16.00; hasta las 8.00 los residentes se quedan solos", detalló.
"Estas operaciones son complicadas", advirtió el letrado, en diálogo con Buenos Aires 2punto0 Formato Radio.
"Tanta aparatología que dicen que tienen. Hubiera bastado una tomografía para ver esto, porque la única solución era esa", profundizó el especialista.
"No saben qué hacer con el sistema de salud de Malvinas Argentinas. No hay nada y siempre la culpa la tienen Cristina Fernández de Kirchner y Daniel Scioli, que supuestamente no pasan el dinero, cuando además todo el dinero es girado como corresponde", especificó Cancio y precisó que el sistema de salud local depende de la órbita municipal.
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